Me alegra saber que podamos hablar, que podemos reir juntos y disfrutar, odio querer correr a abrazarte y decirte que todo estará bien, que volveremos a estar juntos, odio y amo que quieras luchar por mi, odio no poder evitar sentir algo tan fuerte cuando hablamos, aunque sea a través de un computador, una red social, sé que de alguna forma soy yo quien tiene que decidir definitivamente el camino de esta relación, porque la puerta aun no esta cerrada, no para mí, ni para ti.
Me duele estar en mi casa, me duele el orgullo de mis padres y su felicidad proporcional a mi sufrimiento, odio que me reten por estar triste y que mi hermana me grite como quiere, odio intentar defenderme y encontrarme frente a una barrera de insultos, odio ser humillada, odio buscar refugio y ser ignorada, odio tener que llorar, odio mis uñas sobre mi piel, odio este dolor, odio querer romper a cada minuto aquella promesa de nunca más hacerme daño, odio las lagrimas en mis mejillas, odio decepcionarlos una y otra vez, pero odio aun más el quitarme felicidad para que ustedes se sientan orgullosos.
No estoy bien, no me gusta nada, a pesar de todo lo que me han dicho, aún no se si está bien lo que hice, no siento paz, siento que cada segundo me castigo más, me gustaría gritar al mundo que estoy mal, que necesito refugiarme en su cuello, que aun no puedo convencerme de que esto está bien, no se que hacer, no se que pensar, no se cómo sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario