La lluvia cae tierna sobra sus mejillas, ella camina y
sonríe al tiempo que llora, sus pies rozan el pavimento mojado y los charcos
reflejan el manto gris que la rodea, no quiere ver, cierra los ojos y la dulce
melodía del recuerdo recorre sus cabellos, ríe, ríe de rabia porque quiere
olvidar, una señal del destino brilla en sus ojos, lo siente y corre, corre por
la carretera esperando salvarse, la luz se acerca y ella se detiene, grita,
sonríe, llora... Ahora duerme entre sus brazos y ha encontrado la paz, mientras
su cuerpo yace en el pavimento, inmóvil, olvidado.
Del baúl de los recuerdos no tan lejanos...
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