Si, quedan 8 días, me alegra pensar que terminará mi dolor frente a los espejos, frente a las cámaras, frente a los ojos ajenos y propios, pero me aterra que puedan surgir nuevas inseguridades...
Soy consciente que me da miedo el cambio, pero también sé que es necesario, ya no soporto las ganas de llorar cuando me miran con ojos críticos hasta en los ambientes familiares, desde que se acerca el día de la operación mis más cercanos se han encargado de notificarme lo bien que me hará, lo bien que quedaré, porque lo necesito, porque estoy fea, porque mi cara es gorda, redonda, mi nariz chueca, mi barbilla enana, intento reírme por sobre las lágrimas, pero ay como me duele, no saben cuánto me duele, al punto que aparto la vista y me oculto en mi cabello, maltratado, ellos ríen, se avergonzó, pero coni te queremos, más risas, me destruye, río sin ganas.
Qué ganas de gritar, de callarlos, de levantarme y huir, esconderme, hundirme, enterrarme en el agujero más oscuro donde no pueda ver siquiera mi silueta, qué ganas de arrancarme la cara con las uñas, ganas a veces de matarme y nacer de nuevo, por qué ellas son tan hermosas, envidio a aquellas que en su rostro reflejan la dulzura que no poseen, y me odio por no poder demostrar mi interior en esta portada tan desagradable, quién tendría ganas de conocerme si no son capaces de acercarse, y los entiendo, yo no querría acercarme a mi misma...
solo una referencia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario